Nuevamente el poder gubernamental se puso de manifiesto al intentar detener a la activista Irene Herrera Delgado, integrante del Movimiento por la Alternativa Social (MAS), bajo el argumento de haber cometido una falta administrativa municipal.
La dirigente de la Central Campesina Cardenista en la entidad fue detenida y esposada por personal de seguridad antes de llegar al campamento que se ubica en el zócalo, dónde mantiene un “ayuno indefinido” en protesta contra la represión gubernamental que se vive en el Estado.
Alrededor de una veintena de policías intentaron por todos los medios introducir a la activista a la unidad de seguridad para ser traslada a un Ministerio Público según versiones de los mismos agentes viales.
Los compañeros de Herrera Delgado que en esos momentos se encontraban en el campamento salieron en defensa de la dirigente, intentando dialogar con los cuerpos de seguridad sobre la presunta orden de aprehensión contra la hija del que también fuera líder de la Central Campesina Cardenista, Armando Guzmán Pascual.
Durante el recorrido de la plancha del zócalo hacia la unidad policiaca, un gran número de la sociedad civil se sumó a los activistas para impedir la detención sin fundamento de la integrante del Movimiento por la Alternativa Social, Irene Herrera Delgado -acusada por una agente vial de cometer una falta administrativa vial-.
“Déjenla cobardes es una mujer”
“Deberían detener al asesino del niño de Chalchihuapan, no a una mujer”
“Asesinos, asesinos”
Gritaban los ciudadanos indignados ante las acciones de prepotencia y abuso de poder de los policiacos.
El reclamo popular fue mayúsculo y los enviados del poder gubernamental desistieron de su detención arbitraria -no sin antes dejar en claro que al menor descuido – las órdenes serían cumplidas-.
“En la mañana atendí a varios funcionarios que pedían que por el evento de hoy nos quitáramos nuestras lonas, pero les dije diplomáticamente que no, posteriormente sola en el zócalo me mandaron a dos oficiales, corrí, grité, para que los oficiales no me llevaran. Como pude me abracé del poste y me sacaron, me forzaron, me violentaron. Me pusieron esposas como fuera una narcotraficante”, relató Irene Herrera.