Bartlett demandará a Lozano por daños y perjuicios
Como de costumbre, estuvo en Puebla don Manuel Bartlett Díaz, actual Senador de la República por el Partido del Trabajo y levantó polvaredas.
Luego de ganar el juicio de apelación contra el también Senador de la República panista, Javier Lozano Alarcón, don Manuel anunció que presentará un amparo para exigir el pago de daños y perjuicios contra Lozano por 10 millones de pesos.
A su vez Lozano ha quedado en entredicho por no cumplir su apuesta y su palabra, pues aceptó retirarse de su cargo si perdía el juicio contra el ex gobernador. Lozano apostó con el abogado de Bartlett, lo anterior; Meza a su vez en caso de perder, se iría de Puebla.
Lozano carece de palabra y de honor, como buen panista arribista que vive del erario público, es decir, de los impuestos de los mexicanos.
Como se ha informado, don Manuel ganó la resolución unánime de los magistrados de la Tercera Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia de Puebla, en juicio llevado a cabo por el abogado Carlos Meza Viveros.
Meza Viveros informó el lunes que en un plazo de 15 días hábiles –que vencen el próximo 14 de noviembre– será presentado el amparo con el que Lozano Alarcón pague los daños y perjuicios causados en contra de Bartlett Díaz.
Frente a la posibilidad que Lozano Alarcón presente un amparo ante un tribunal colegiado, última instancia para dirimir este asunto, Meza le recomendó no hacerlo pues en su calidad de acusador, no probó la acción ejercitada de responsabilidad civil por daño moral. El Tribunal, además se apoyó en jurisprudencia de la Suprema Corte.
LA CAUSA DEL JUICIO
Desde 2012, Bartlett dijo en debates radiofónicos los hechos que se han publicado en medios y en redes sociales: Que Lozano era un ‘achichincle’ de Felipe Calderón; que fue el peor secretario del Trabajo en la historia de México –dejó sin trabajo a 40 mil trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas, acabó con la empresa Mexicana de Aviación y fue corresponsable de la muerte de los mineros en Pasta de Conchos.
El abogado Meza ganó el pleito jurídico en segunda instancia en base al protocolo de la libertad de expresión, que está contenido en todos los criterios de 1917 a 2012, según la Corte. Ello implica que cuando dos personajes políticos, en una querella pública, existe un amplio margen de tolerancia a las expresiones de los implicados.
Por ello es muy posible que el Senador de la República panista Javier Lozano Alarcón, quien no cumple su palabra, será condenado muy probablemente a pagar una cuantiosa suma por daños y perjuicios a don Manuel Bartlett.
Veremos y diremos como acaba este pleito judicial.
CONTRA LAS MINERAS
El legislador Bartlett visitó Puebla el lunes y participó en el Foro Cuidado y Defensa del Territorio frente a Políticas Depredadoras, organizado por el Instituto Ignacio Ellacuría, de la Universidad Iberoamericana Puebla.
Durante su intervención hizo varias denuncias públicas:
Las grandes empresas tienen más de la mitad del territorio concesionado y no pagan impuestos, se trata de un hecho antieconómico, porque el poder económico va imponiendo sus condiciones sobre el patrimonio y la riqueza del país.
México se define como una nación, con una supervivencia de siglos de los pueblos originarios y una población mestiza, con un territorio vinculado con la primera potencia del mundo, lo que es algo bueno y malo, y con un gobierno que tiene la obligación gobernar, de conducir bajo la Constitución de 1917.
El modelo revolucionario del país dejó de ser feudal, caracterizado porque unas cuantas personas tenían el poder y la mayoría eran esclavos. Este nuevo paradigma fue impulsado por una clase media pequeña que luchó por un aspecto de suma importancia: la democracia, hasta ese entonces inexistente.
La reforma agraria se destacó por la división de los latifundios y la entrega, a un ritmo propio y siempre frente a los intereses de Estados Unidos, de la tierra a los ciudadanos, como reflejo de la reivindicación de lo nacional.
Un principio revolucionario fue que el subsuelo, no solo el territorio, pertenecen a la nación.
El régimen revolucionario tuvo como objetivo recuperar la estructura territorial de la nación mexicana, como parte de un movimiento nacionalista, con el cual también se recuperaba el subsuelo.
Con la ilusión del modelo neoliberal, el estado creó otras nociones de posesión del territorio, a partir de la apertura, la desreglamentación y el dominio de las grandes empresas trasnacionales.
Con ello, vino de regreso lo que vivió el país antes de 1917, como el caso del ejido, propiedad social que no está en el mercado y protegida de los embates del dinero, pero que con las nuevas reformas pueden ser arrendadas por las empresas neoliberales.
Con la actual reforma impulsada en el senado por el PRI, los 50 kilómetros de las costas y las fronteras que son protegidos por el Estado mexicano, serán libres de ser ocupadas por las empresas privadas.
En la cuestión minera está concesionada más de la mitad del territorio nacional a las empresas extranjeras, principalmente las de origen estadounidense.
Aun cuando el petróleo en el subsuelo sea mexicano, el gobierno mexicano está obligado, por tratados internacionales, a darles a las empresas extranjeras el territorio que necesiten para su desarrollo, haciendo del subsuelo una materia hipotecable por la propia ley y perdiendo los derechos de protección.
El Estado mexicano perdió el dominio del subsuelo, regresamos a 1916, al siglo pasado, en donde la superficie está afectada por tener como asunto prioritario la expropiación y la cesión de la industria y las zonas petrolera y minera.
Hasta aquí las denuncias de don Manuel.
En fin, como dicen las coplas venezolanas:
Yo fui el hombre más dichoso,
glorias y amor disfruté;
fui rico, fui poderoso
y, en esto, me desperté.
Tiempo tuve de evitar
cuanto mal me sobrevino,
mas la fuerza del destino
no me dio tiempo a pensar.