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Estado
23 noviembre 2014

¿Cuántas mujeres más faltamos?

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by García R - 0 Comments
¿Cuántas mujeres más faltamos?

El pecado de una mujer es enamorarse del hombre incorrecto, de aquel que aprovecha una situación de “conflicto” para después quitarle la vida, pese a que le prometió cuidar y amar.

La hermana de Sandra Pérez, caminó entre la multitud para clamar la palabra: ¡Justicia!, y enfatizar que el único delito que cometió su consanguínea era ser feliz y amar. Entonces, lanzó la pregunta “¿Cuántas mujeres más faltamos?»… “Nos quieren matar a todas”, prosiguió.

Durante “La Cuarta Marcha de Las Putas” familiares de femeninas salvajemente asesinadas en 2013 y 2014 salieron a movilizarse para demandar al gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas aplicar el peso de la ley para quienes atentaron contra la vida de su madre, hija o sobrina.

A las 12 horas, inició la movilización del zócalo capitalino. El contingente fue encabezado por las familias de las víctimas que portaron pancartas en contra de la administración de Rafael Moreno Valle Rosas a quien colocaron la leyenda de: “Asesino” y otras más con “Cadena perpetua a homicidas”.

De lado derecho de la marcha, se encontraban los tres hijos huérfanos de Sandra Pérez y su sobrina, una niña de 13 años que portó un cartel cuestionando: “¿Este es el país dónde voy a vivir?”.

La última vez que supieron los menores de su madre fue la tarde del 29 de junio, cuando salió a realizar sus actividades diarias, pero nunca regresó. Su cadáver fue hallado cinco días después.

“Murió después de ser apuñalada varias veces en el tórax y luego abandonada en un terreno baldío en Amozoc. Estaba cubierta con bolsas de plástico para basura, debajo de una colchoneta. Fue llevada al distrito judicial de Tepeaca en calidad de desconocida”, relató la hermana de Sandra.

Sin dar detalles del asesino, aseguró que las autoridades tienen todas las pruebas para detener al culpable, sin embargo, denunció dilación en el caso por parte de la Procuraduría General de Justicia, debido a que le han externado que no “están interesados en su tema”.

En semanas, Aracely Vazquez –oriunda de Acajete-, cumplirá su primer año luctuoso, la joven de 23 años fue brutalmente golpeada en el baño de su propia vivienda por su novio, quien tenía un carácter prepotente y celoso.

Los familiares se unieron a la protesta y cargaron una gran manta que se leía: «Sr. Gobernador, Rafael Moreno Valle y Procurador, Víctor Carrancá. Exigimos justicia para Chely o ¿necesitamos salir en Laura Bozzo para que nos atienda?», en clara alusión al caso Karla López, la única poblana que obtuvo justicia de las autoridades y a meses de su muerte, sancionó a los culpables tras la intromisión de la cadena Televisa.

“¿Qué quieren que yo agarre al maldito asesino y me vuelva asesina también?, sólo le pido justicia al gobernador”, dijo su madre, Amada Barranco, al señalar que su hija tenía toda la vida por delante pues recién había egresado de la Ingeniería Textil en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Con los gritos: «Yo soy la asesinada. Yo soy la desaparecida», “Justicia, justicia», «El machismo se tiene que morir» y «Ni una asesinada más», los inconformes de las políticas del morenovallismo caminaron a las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia de Puebla.

En su camino, se realizó un performance que escenificó la omisión y complicidad de las autoridades:
Mientras las mujeres muertas portaban un espejo en símbolo del reflejo, llevaban cadenas en sus espaldas al gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, el procurador, Víctor Carrancá y el representante de la iglesia católica, Víctor Sánchez Espinosa.

Mientras, siluetas de cartón representaron a las mujeres que han sido asesinadas desde 2012 a la fecha. Se suscribió en ellas, su nombre y fecha de muerte.

De acuerdo a “El Taller” Centro de Sensibilización y Educación Humana AC, existen 56 feminicidios y 119 desaparecidas en la entidad, las cuales fueron representadas con cruces de madera en tono rosa.

En la protesta clausuraron simbólicamente las oficinas de la Procuraduría General de Justicia del estado de Puebla para exigir solución y castigo a los feminicidios de la entidad. Alrededor del inmueble colocaron el nombre de cada una de las que perdieron la vida: “Para que no se les olvide el expediente”, exclamó una chica durante la movilización.

Ahí, se colocó el nombre de la muerte más reciente: Iraís Ortega Pérez de 22 años de edad, estudiante de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), localizada dentro de una maleta, luego que su novio la asesinará para provocarle el aborto.

Sobre los hechos, la presidente del Sistema Estatal DIF y esposa del gobernador, Martha Erika Alonso, declaró que “los jóvenes tienen sexo como van al cine”, lo que desencadenó una serie de críticas por la falta de políticas públicas para detener la violencia contra el sector femenino.

García R

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