Con la bendición con bálsamo de las 33 esencias, que contiene agua bendita, tequila, vino, sustancias florales, miles de personas devotos a la “Niña Blanca” iniciaron el homenaje de este año.
Entre el llanto de los niños, gritos de luchadores y la entrega de mole, pipián además de chanclas, las personas de todas las edades fueron roseadas del bálsamo de las 33 esencias para encontrar empleo, tener salud y vivir en paz.
Los feligreses que confesaron ser católicos, rezaron las tradicionales “Ave María” y “Padre Nuestro” mientras encendían una veladora y daban en diezmo en una bandeja de vidrio que permaneció con agua bendita.
Con fervor a la imagen venerada más criticada por la Arquidiócesis de Puebla –quien la desconoce cómo santa- llegaron los ramos de gran volumen que eran retirados por los organizadores para no impedir el paso y realizar el ritual de la bendición.
En su paso, un joven llegó llorando y colocó un pequeño altar de flores y veladoras, el motivo de su visita era dar el agradecimiento a la “Niña Blanca” porque lo libro dos veces de morir. Primero, porque en las calles aledañas a su altar, en la 9 Norte y 14 Poniente, sufrió un asalto que lo mantuvo meses hospitalizado.
Y “el milagro” más reciente esta semana cuando fue intervenido quirúrgicamente del estómago: “Ya iba a morir, pero la santísima muerte me hizo un milagro, le agradezco que me dé otra oportunidad”, dijo cuándo se levantó la camisa para enseñar la grande herida de su operación.