En el ICUAP se estudia la presencia de E. coli en el río Alseseca, responsable de enfermedades infecciosas como la diarrea
Entre los principales agentes que provocan enfermedades diarreicas, segunda causa de muerte en menores de 5 años, se encuentra la Escherichia coli (E. coli). De acuerdo con una investigación del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP), 80 por ciento de los patógenos presentes en el río Alseseca corresponden a Escherichia coli enterotoxigenic (ETEC), Escherichia coli enteropatógena (EPEC) y Escherichia coli enteroagregativa (EAEC), tres de los siete del grupo de E. coli.
Edith Chávez Bravo, profesora investigadora del Laboratorio de Patogenicidad Microbiana, del Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas (CICM) del ICUAP, explicó que los patogrupos de Escherichia coli (E. coli) representan las principales bacterias responsables de brotes de diarrea. Con un grupo de investigación, la doctora en Ciencias Ambientales realizó un estudio sobre la distribución y permanencia de bacterias patógenas en aguas residuales de la ciudad de Puebla, a través de muestras tomadas del río Alseseca.
“El principal problema es que el río funciona como vertedero de heces fecales de toda la ciudad, lo que provoca que sea un reservorio de estos microorganismos, y que debido a la evaporación que se produce a lo largo del día, se conviertan en bioaerosoles capaces de desplazarse por el viento hasta llegar a los alimentos”, indicó.
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores establecieron dos puntos estratégicos del río: cerca de la Avenida Las Torres y en los alrededores del Parque Industrial Puebla 2000, para conocer la prevalencia de la bacteria, así como su frecuencia y permanencia.
“Elegimos estos lugares debido a los registros que se tienen sobre desbordamientos pasados, así como el hecho de que se descarga una gran cantidad de contaminantes químicos provenientes del parque industrial”, señaló.
El método de trabajo para identificar la presencia de patógenos de E. coli consiste en obtener muestras de la parte media del caudal y almacenarlas en recipientes previamente esterilizados. Posteriormente, estos depósitos son trasladados por cadena de frío (en hieleras) hasta el Laboratorio de Patogenicidad Microbiana, donde se mezcla el agua residual durante cinco minutos para realizar la cuantificación de coliformes fecales y presencia del microorganismo. Para confirmar el género de Escherichia coli que se encuentra presente, se efectúan pruebas de rutina de laboratorio a las muestras y las cepas son resguardadas a una temperatura de menos 70 grados.
A cada una de las bacterias que encontramos, explicó, “se les aplican métodos de extracción de DNA, así como una técnica de reacción en cadena de la polimerasa, que consiste en amplificar un gen especifico de cada una de las categorías de E. Coli”.
Reacción a colorantes tipo Azo
Las Escherichia coli pueden degradar los colorantes tipo Azo, aquellos que se manejan en las industrias textil y de alimentos y que son desechados a los ríos después de su uso.
“Se ha visto que los colorantes cuando son vertidos a los cuerpos de agua pueden sufrir muchas modificaciones por las diferentes condiciones físicas, químicas y del medo ambiente. Sin embargo, existe una preocupación a nivel químico de que esto provoque la formación de moléculas más peligrosas”, advirtió la investigadora.
De acuerdo con diversos estudios publicados, argumentó, estas bacterias son capaces de producir enzimas específicas que tienen la habilidad de degradar los grupos azoicos, moléculas de estos colorantes, efecto que podría originar la aparición de aminas aromáticas, que son sustancias químicas cancerígenas.
Debido a esto, planteó la necesidad de fortalecer la vinculación entre la sociedad, la universidad y el gobierno, con el fin de diseñar y difundir programas sobre educación ambiental, así como métodos adecuados de sanitización.
La doctora Edith Chávez aseguró que seguirán trabajando en estrategias que ayuden a reducir la cantidad de patógenos presente en los ríos, para disminuir la carga microbiana y evitar brotes de enfermedades infecciosas. El estudio se prevé realizar, asimismo, en el río Atoyac. Finalmente, informó que continuarán investigando sobre la posible participación de los patogrupos de E. coli en la biodegradación de colorantes tipo Azo, así como su contribución en la existencia de aminas aromáticas en el agua residual.