Es partícipe del desarrollo de cuatro tecnologías, las cuales se encuentran en solicitud de registro de patente ante el IMPI
Es fundadora de la carrera en Ingeniería en Alimentos en la BUAP
Es madre, esposa, profesora e investigadora. Así podría definirse a la doctora Claudia Santacruz Vázquez, académica de la Facultad de Ingeniería Química, para quien la transformación de materias primas, como sucede en la cocina, así como el rescate de productos endémicos del estado de Puebla, son un factor clave en su vida personal y profesional.
Con la misma dedicación, empeño y amor utilizados para cocinar, la integrante del Cuerpo Académico Operaciones y Procesos en Alimentos realiza diversas investigaciones para industrializar las plantas endémicas del estado de Puebla, entre ellas el agave pulquero, a partir del cual se obtiene un sustituto de azúcar. Este producto, al ser libre de conservadores puede utilizarse como endulzante y gracias a su bajo contenido de calorías es ideal para diabéticos.
De acuerdo con la investigadora, aún es incipiente el fomento de cultivos endémicos como algunos tipos de cactáceas, los cuales tienen un elevado potencial comercial.
Uno de sus logros académicos es la fundación de la carrera en Ingeniería en Alimentos en la Máxima Casa de Estudios en Puebla, propuesta académica que se ofertó en el año 2000. Posteriormente, participó en el desarrollo de diversos proyectos para concursar por recursos ante el Conacyt, con la finalidad de dotar al Laboratorio de Alimentos con equipos de vanguardia a nivel comercial.
Como toda operación culinaria, se seleccionan los ingredientes, se procede a su preparación, donde se mezclan olores, sabores y colores, para finalmente esperar pacientemente el anhelado resultado; lo mismo sucede en la investigación.
Así es como en este proceso de creatividad e innovación, la doctora Santacruz Vázquez fue partícipe del desarrollo de cuatro tecnologías, las cuales se encuentran en solicitud de registro de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Una de ellas es el desarrollo de un procedimiento para la remoción de la vaina de haba, para ofertarla como una opción de industrialización. Sin duda, comentó, “es una de las patentes con más éxito a nivel internacional”.
Las demás son un secador por fluidización para granos y semillas, un secador convectivo multifuncional y un medidor del índice de madurez para frutas y hortalizas.
Lo anterior, no sería posible sin el trabajo en equipo: la suma de ideas y esfuerzos conjuntos encaminados a la generación de conocimiento. “Para sacar adelante una investigación, no trabajamos solos, sino vinculados con la idea de hacer crecer los proyectos”, afirmó al tiempo que una sonrisa se dibujó en su rostro y un destello iluminó sus ojos.
¿Casualidad o destino?
Su vocación profesional fue establecida por el destino. Desde pequeña y siendo la mayor de cuatro hermanos, sus padres la encaminaron al área de ingeniería, así optó por estudiar Ingeniería Química en la BUAP. “Esta carrera me gustó porque era una manera de transformar las materias primas en productos finales”, dijo.
Las charlas sobre transformaciones por fermentación del profesor Armando Palacios Conde, quien era gerente de una empresa procesadora de alimentos y le impartió clases de bioquímica, fueron determinantes para marcar su formación terminal: alimentos.
Aunque trabajó en el sector petroquímico, específicamente en el Complejo Petroquímico Independencia, y más tarde en la industria farmacéutica, “la vida me puso en el camino de la docencia”. Después de seis años de experiencia laboral en la industria, se sumó a las filas de su alma mater impartiendo en un inicio las materias del área de Matemáticas y Física.
Pasados algunos años, la vida nuevamente la encaró al área de alimentos. Su esposo era gerente de Cafés de Veracruz, una empresa procesadora líder en la producción de frijoles enlatados, aguas solubles y café. ¿Casualidad o destino?
Querer es poder
Para todo hay tiempo, pues querer es poder. Mientras estaba embarazada, estudió la Maestría en Ciencias, en la especialidad en Alimentos, en la Universidad de las Américas, campus Puebla. En cambio, el Doctorado en Ciencias, con especialidad en Alimentos, en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional, lo inició de manera paralela al desarrollo de la propuesta de la carrera en Ingeniería de Alimentos.
El tiempo disponible lo ocupa para desempeñarse como madre de familia y otro tipo de actividades, por ejemplo cocinar. “No me considero una experta, pero sí me agrada hacer postres, pescados y experimentar en preparaciones caseras”, comentó.
Bailar, caminar, acampar y dar paseos al aire libre son algunas de las actividades que disfruta en sus tiempos de ocio la doctora Claudia Santacruz. “Nada de deportes extremos porque la edad no me lo permite”, ríe, aunque recuerda que practicó natación y baloncesto de joven. La música también jugó un papel importante en su vida, ya que su padre estudió en el Conservatorio Nacional de Música.
Desde niña se caracterizó por ser estudiosa. Los primeros lugares en educación básica, aprovechamiento escolar en preparatoria, mención honorífica en licenciatura y una distinción especial en la maestría.
La Química fue y es parte de su vida, la formó como profesionista y como ser humano. Desde su trinchera, ahora contribuye al rescate de plantas endémicas, en su laboratorio mezcla y provoca reacciones químicas en los alimentos. El objetivo: obtener un producto industrializado. La innovación es un asunto de todos los días.