El entorno del edificio emblemático “El Carolino” se está modificando después de varios siglos de mantener intacta la estructura del Antiguo Colegio de los Jesuitas que se llamaba del “Real Colegio Carolino del Espíritu Santo”.
Voces, como el presidente del Consejo Ciudadano del Centro Histórico y catedrático de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) -Francisco Manuel Vélez Pliego –han permanecido en el anonimato y la omisión, ante la construcción de un elevador en el segundo patio del inmueble denominado “Patrimonio Universitario Arquitectónico” y reconocido por la UNESCO como “Patrimonio de la Humanidad”.
Con 437 años de su fundación, el inmueble de la 4 sur número 104 -que dio albergue a las oficinas del Congreso del Estado-, no acredita su licencia de permiso de construcción ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Sin embargo, la administración de Alfonso Esparza Ortiz inició labores de obra, colocando las bases metálicas del proyecto.
Las estructuras que impondrá la gestión de Esparza Ortiz, están montadas en lo que fue el escenario de los extraordinarios festejos organizados por el clero católico de la Compañía de Jesús -el templo que se ubica a un lado-.
El patio que en los años 1578 era propiedad de los Jesuitas, servía para plantar los frutos para su consumo. Actualmente, las plantas de ornato del patio de la máxima casa de estudios, se opaca por el armazón grueso metálico que tapa una de las ventanas labradas con madera original del edificio público.
En dónde se pretende instalar el elevador, se ubica en el centro una fuente de tres niveles. Pasando este tramo por el costado izquierdo, se accede al vestíbulo de la Biblioteca Lafragua.
El rector Alfonso Esparza no ha informado el proyecto, ni el costo de la intervención física que tendrá el edificio “El Carolino” sede de gobierno de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
En el tercer patio se tapizó todo el lado sur del edificio Carolino, ocultando los portales del Siglo XVI, para instalar la Biblioteca de la Casa Arronte, dañada por un sismo y que permanece en reconstrucción.