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01 julio 2015

Estudiante de la BUAP detona el desarrollo en su comunidad indígena

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by García R - 0 Comments
Estudiante de la BUAP   detona  el desarrollo en su comunidad indígena

El guerrerense, uno de los 12 seleccionados del país, viajará a la University New Mexico, Estados Unidos, para participar en el Seminario sobre Identidad y Liderazgo Comunitario

Pese a que casi a diario añora el calor de su familia, los olores del campo, la tranquilidad de su pueblo, Teodolfo Avilés Barrera, de la región de La Montaña de Guerrero, hace tres años abandonó su ciudad natal, Tlapa de Comonfort, para formarse como contador público en la BUAP y transformar la realidad que viven sus hermanos.

El estudiante de la Facultad de Contaduría Pública es hoy uno de los 12 becados del país para participar en el Seminario sobre Identidad y Liderazgo Comunitario en la University New Mexico, Estados Unidos, en el que durante cuatro semanas se familiarizará con la estructura y funciones del gobierno federal del vecino del norte, así como de sus gobiernos estatales, tribales y locales. Jamás imaginó que viajaría en avión; muere de ganas por pisar el suelo norteamericano.

Teodolfo es miembro de una comunidad indígena. Es trilingüe; habla mixteco, español e inglés. Gracias a su empeño, los conocimientos adquiridos en el aula, su capacidad de liderazgo en la escuela y en su comunidad, fue elegido para ser uno de los 12 universitarios de todo el país que participarán en este seminario. Dos de las 12 becas se quedaron en la BUAP.

Sus ideales empatan con los de este programa, promovido por The University New Mexico, la Embajada de Estados Unidos en México y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior: promover políticas que contribuyan a la equidad social, a través del rescate de las identidades comunitarias y el ejercicio del liderazgo.

En la ciudad de Albuquerque, sede de la universidad anfitriona, Teodolfo se codeará con líderes del gobierno estatal de Nuevo México, líderes tribales de los pueblos indígenas de dicho estado y líderes locales de la ciudad, para conocer diferencias y similitudes de las funciones de gobierno de Estados Unidos y México. Es una plataforma de comunicación con un enfoque multicultural.

Allá, adquirirá conocimientos de liderazgo comunitario y su impacto en las decisiones de los gobiernos, a través de cuatro sesiones enfocadas en las identidades y el desarrollo de líderes comunitarios.

Al regresar de su viaje, aplicará experiencia y conocimiento en una fundación que trabaja con jóvenes, particularmente de zonas marginadas. Él ayudará a los habitantes de Castillotla, al sur de la ciudad de Puebla, a través de una organización que ofrece servicios médicos, orientación jurídica y capacitación psicológica.

“Por el momento no pienso volver a mi Tlapa, pero más adelante lo haré. Hay que aprender más cosas. Quiero regresar allá pero con algo grande, establecer una empresa de modo que ayude a mi comunidad, pero por ahora no cuento ni con los recursos ni la capacitación adecuada”, enfatiza.

De Tlapa a Puebla… mi vida cambió totalmente

A cerca de dos horas de la capital guerrerense se encuentra Tlapa, la ciudad más importante de la región. Los tlapanecos básicamente viven de la agricultura, de la producción de maíz, frijol y cebolla. En los últimos años ha vivido la migración de sus jóvenes talentos, quienes buscan opciones más atractivas para su realización.

 

La colonia Mirasol de Tlapa, en donde viven sus seis hermanos y su padre, se encuentra a seis horas de viaje de la capital poblana, pasando por Izúcar de Matamoros, dice. “A mi pueblo se le considera el corazón de Guerrero, pues está al centro del estado, por lo que es difícil proveer de alimentos. Eso provoca que todo cueste caro”, comenta.

Ante este panorama, Teodolfo sueña con instalar ahí una empresa que ayude a las comunidades cercanas con la generación de empleos y la profesionalización de los procesos de producción, misma que ofrecerá productos baratos, pues no se tendrán que pagar costos de transportación.

 

Cuando estaba por terminar la preparatoria, le comentó a su familia sus deseos de continuar estudiando. No recibió apoyo pues ellos no cuentan con los recursos económicos, al igual que muchas familias tlapanecas.

“Si yo saqué la prepa trabajando y estudiando, me dije a mí mismo que no habría razón para no sacar mi licenciatura. Quizá sea doble esfuerzo, pero de que es posible, lo es. Sé de muchas personas que lo logran, ¿porqué yo no?”, reflexiona Teodolfo, el hijo de una familia de origen mixteco dedicada al campo.

Con el recuerdo de su madre fallecida, la bendición de su padre, el apoyo moral de su familia y el dinero suficiente para vivir un par de meses, Teodolfo llegó a la ciudad de Puebla acompañado de las ilusiones de un guerrerense serrano, que busca opciones para su desarrollo profesional y el miedo de vivir solo en una capital con ambientes ajenos al silencio nocturno de su natal Tlapa.

Para ayudarlo, la Facultad de Contaduría Pública de la BUAP le condonó los costos de inscripción. El estímulo fue acertado. Teodolfo tiene 9.1 de promedio general, en lo que va de su carrera.

A los 13 años comenzó a trabajar para lograr su carrera como Técnico en Contaduría. Desde ahí supo que la disciplina contable era lo suyo y que si hay esfuerzo de por medio, aun siendo de escasos recursos, se pueden cumplir los sueños. A él le falta un año y medio para alcanzarlo: su título universitario expedido por la BUAP.

En Puebla ha trabajado en diversos despachos contables, y en algunas ocasiones, debido a la falta de tiempo, también se ha desempeñado como ayudante de mecánico e incluso como hojalatero. En el transcurso, se ha tenido que acostumbrar a vivir solo, correr de un lado a otro y aceptar que otros piensan distinto.

“Nunca he salido del país. El viaje para mí será algo maravilloso. Quiero conocer Estados Unidos, ver sus ciudades, su cultura. Conocer la forma con la que las organizaciones indígenas influyen en las decisiones del gobierno. Quiero conocer a los líderes, hablar de sus experiencias y aplicar sus conocimientos a mi realidad”, comenta el estudiante que se cuestiona la razón del éxito de muchas empresas estadounidenses.

Para cumplir sus metas, trabaja duramente. En esa empresa, la BUAP ha contribuido en todo su proceso de crecimiento. “Desde que ingresé a la universidad, siempre conté con todo: instalaciones de primera, la Biblioteca Central, profesores siempre dispuestos a ayudarte, programas institucionales de apoyo”, señala.

Disfruta de abrirse a nuevos esquemas de pensamiento, aunque se frustra porque la realidad tlapaneca sigue siendo adversa para sus paisanos. “Pienso compartir con ellos todo lo que he descubierto, pero aún me hacen falta herramientas para volver. La educación es muy importante. Así uno aprende a exigir sus derechos, a enfrentarse a la discriminación por ser indígena. Esto es algo que aprendí en la BUAP”.

García R

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