Eduardo Rivera Pérez silencia la traición del ex priista Rafael Moreno Valle, al que apoyó en 2010 con Partido Acción Nacional (PAN) por el cargo que ahora ocupa: gobernador de Puebla.
El ex edil de la Angelòpolis, dijo no tenerle miedo en la revisión de cuentas, sin embargo, hizo un exhorto para que deje de usarse “de garrote político” la aplicación del erario de los presidentes municipales.
Y agregó: “Es inaceptable, debe de ser sumamente técnico y se tiene que someterse a eso”, pero se negó a responder si ha sido víctima de intimidación del morenovallismo.
Hace unas semanas Rivera Pérez salió del retiro político y en universidades particulares ha ofrecido conferencias de municipalismo además de buen gobierno, en ellas, también, se ha pronunciado por las candidaturas independientes y rechazado buscar gobernar por un año 8 meses la entidad: “Me voy a abstener de participar, por una responsabilidad profesional”, reiteró.
No va a renunciar del PAN. Sin embargo, en su juego de doble discurso, el ex presidente estatal del albiazul dijo que va analizar las reglas de operación de las candidaturas independientes, incluso, afirmó que espera el falla de una controversia constitucional para tomar “la decisión” para participar en la elección de 2016.
“Hasta no se definan esas reglas (las candidaturas independientes), yo no voy a decir si participo”.
Definió con “respetable” los estudios estadísticos que posicionan a la esposa del gobernador, Martha Erika Alonso, como la favorita para ser la primera mujer en llegar a “Casa Puebla” y se deslindó de un comentario personal sobre el caso evadiendo con “pregúntenle a ella”.