Visibles muestras de un estadio de futbol inacabado, enfrentamientos entre las fuerzas del orden y aficionados, sombrillas con propaganda del gobierno estatal de los partidos políticos que lo llevaron al poder, venta de boletos en 500 pesos, fueron algunas de las constantes el día la de reapertura del coloso poblano.
En un recorrido por esta casa editorial en los alrededores del remodelado Estadio Cuauhtémoc – enmallado a partir de la remodelación del nido camotero impidiendo el libre tránsito, peatonal y automotriz, convirtiéndolo en área privada- trabajadores reconocían que al momento de la inauguración el monumental no estaría terminado, faltado de colocar enormes placas en las entradas para una posible publicidad, pintura, sellos en las tapas de alcantarillado y energía eléctrica.
Comentaristas de televisión y ex entrenadores enarbolaban la magnífica obra morenovallista a través de las redes sociales, sin tener conocimiento de la gran cantidad de detalles inacabados en la estructura que albergará al equipo de La Franja.
Aficionados del equipo camotero hicieron largas filas desde las primeras horas para poder conseguir un boleto de entrada al partido de reinauguración entre el Puebla y el equipo suramericano Boca Junior´s- quién por cierto no jugará con sus principales estrellas del balompié–.
La desesperación de más de ocho horas en espera del ansiado premio a su paciencia, desbordó los ánimos y se registraron varios actos de represión de las fuerzas policiales contra los indefensos aficionados, muchos de ellos llevando a sus vástagos y mujeres.
Los que viven la pasión del fútbol poblano expresaron su malestar ante el engaño que el gobierno del estado por prometer boletos con el simple requisito de llevar un boleto de un partido anterior situación que no fue respetada ante la venta del pase de entrada al remodelado Cuauhtémoc-hasta hoy- en quinientos pesos.
“Tony Gali y Moreno Valle nos mintieron, nos hacen venir temprano con la promesa de regalarnos algo de entremetimiento y ya ve los están vendiendo en 500 pesos, somos cuatro, mi mujer y mis dos hijos y yo, pues, ¿de dónde?”.
La espera de los verdaderos aficionados en busca de un pase para seguir los pasos de su equipo se vio aprovechada por personeros del gobierno municipal que promocionaba el ingreso a las fuerzas del orden municipales.