El senador del PAN, Javier Lozano Alarcón, se resistió a aceptar su derrota en el juicio que promovió en 2012 contra su homólogo del Partido del Trabajo, Manuel Bartlett Díaz, acusándolo de daño moral por distintos señalamientos hechos en su contra durante un debate, cuando ambos competían por una curul en la Cámara Alta.
A pesar de que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) negó que el petista haya provocado daño moral hacia el ex secretario federal del Trabajo, este último arguyó que al haber presentado la demanda, él no perdió y, en consecuencia, no tiene que pagar al también otrora gobernador del estado.
«Después de que en primera instancia me dieron la razón y después el Tribunal se echó para atrás, presenté un amparo y ahí ratificaron que no había daño moral sobre mi demanda. Si se vale que entre políticos nos podamos decir todas las mentiras sin consecuencias, qué pena, me la cómo y ni modo, pero que él me gana -cuestionó-, no, yo lo demande a él por bocón y hocicón», respondió, en conferencia de medios.
Aunque unos minutos antes el albiazul había calificado de «ridículo» el artículo 134 Constitucional por su modelo de comunicación político- electoral restrictivo impidiendo debates, entrevistas, publicidad, y spots que limitan «la libertad de expresión», enseguida se contradijo al considerar que «hasta en campañas políticas tiene que haber límites».
Concluido el juicio, reconoció que está a la espera de que un juez defina el monto que habrá de cubrir para resarcir las costas judiciales, que explicó como los costos por la tramitación de un proceso judicial que al término no concede la razón al promotor.
El ex secretario federal del Trabajo –Lozano Alarcón-se lamentó que el máximo órgano de justicia de la nación –TSJ- favoreciera a Bartlett Díaz: “Si no me da la razón el poder judicial y piensan que todo es libertad de expresión, qué pena y pobre país, pero si así es, me la como, ya ni modo”.
En el debate que en 2012 sostuvieron los entonces aspirantes al Senado de la República, Bartlett Díaz acusó al calderonista de haber estado detrás de la extinción del sindicato de electricistas «Luz y Fuerza», entre otras «barbaridades» –según el propio Javier Lozano- que carecían de veracidad.