Por. Richardt Kreusch
Después de una larga jornada de espera bajo el sol, cuando este comenzó a esconderse entre las nubes dejando paso a la noche se encendieron las pantallas del escenario. Las personas que cubrían la plaza de la revolución, ya sea de pie, sentadas o acostadas, comienzan a gritar, poco a poco todos se levantan. El horizonte virtual, construido por las pantallas, revela, ahora, una superficie lunar. Se da un paso sobre la luna.
A las ocho en punto, junto con la aparición de un sol verde en el horizonte lunar, se observan unas sombras a la distancia: R.Waters está tomando su bajo. Así, sin más preámbulo da inicio el concierto.
El primer tema fue Breathe, la multitud grita al ritmo del bajo y la batería. Poco a poco la superficie lunar desaparece dando lugar al rostro del músico sobre un fondo verde psicodélico.
Inmediatamente tras finalizar el primer tema se comienzan a “colocar los controles para el corazón del sol” (set the controls for the heart of the sun). Acto seguido, tras concluir el segundo tema, el bajo suena con más fuerza, con notas graves que parecieran anunciar una tormenta, una tormenta como la que cayó “uno de estos días” (one of these days). Nadie canta, solo suena el bajo, la guitarra, las percusiones, los sonidos graves inundan el ambiente junto con la tormenta que nunca llegó. Solo una briza cubrió el zócalo capitalino regresando a la gente, momentáneamente, de la luna a la ciudad de México.
Unas campanadas anunciaron “Time”, después “Money”…sin embargo el coro inicio cuando “Wish you here” fue cantado por 250 mil voces.
Another brick in the Wall no pudo faltar, la luna, el tiempo y las campanas desaparecieron, la pantalla psicodélica se transformó en un edificio, un edificio similar al palacio de gobierno, entonces esas mismas 250 mil voces gritaban “no necesitamos control de pensamiento, sin sarcasmo oscuro en el salón de clases[…]todo esto es solo un ladrillo más en el muro” …
La noche continuó y a lo lejos se oyeron sonidos de helicópteros que sobrevolaban la plaza (un efecto de sonido más), también se escucharon ladridos de perros, el berreo de borregos y el gutural chillido de los puercos; el disco animals fue tocado en su totalidad.
Los chillidos de puercos anunciaron el clímax de la crítica política de Waters: “Pigs on the wind” fue acompañado de imágenes satíricas de Donald Trump, el candidato presidencial tuvo la oportunidad de besar penes, vestirse como prostituta y tener cuerpo de marrano, en las pantallas se leía “Trump eres un pendejo” … este fue el preámbulo al despegue del legendario cerdo volador; pudo verse un cerdo negro con inscripciones como “nos faltan 43” ,“fue el estado” , “vivos se los llevaron vivos los queremos”, a un costado, tatuado en las costillas del cerdo, relucía una hoz y un martillo, cuando el cerdo aterrizo y el tema pigs concluyó, Waters tomó el micrófono y mando un mensaje al presidente de México; por un momento fue la voz de muchos, hablo sobre ayotzinapa y los miles de desaparecidos , habló sobre como “ el mundo tiene los ojos sobre usted , señor presidente[…] Escuche a su pueblo”.
Las mismas voces que habían estado cantando Wish you were here , Time, Shine on you crazy diamond, ahora gritaban “asesino”, “fuera peña” ,”puto”, mientras las miradas caían sobre palacio nacional, mientras tanto en la pantalla se leía “Renuncia ya”.
La jornada trancurrió y los humos se calmaron con “un confortable entumecimiento” (confortably numb), el guitarrista tocó el solo de la canción desde la parte más alta del escenario, junto a las piras de humo que convertían al edificio proyectado en las pantallas en una especie de fábrica.
Finalmente, una serie de fuegos artificiales iluminaron el cielo, una pirámide tridimensional de luz apareció frente al escenario y fue atravesada por rayos láser de los colores del arcoíris: la portada del “dark side of the moon” se materializo frente al público por unos segundos.
Claro que estas palabras no hacen justicia a lo acontecido el día 1 octubre en el zócalo de la cuidad México, sin embargo, es una forma de agradecer al señor Waters por haber estado ahí, por habernos dejado construir un gran recuerdo.