De riñones,bistecs,pata capeada, milanesa, mollejas; con una generosa dotación de arroz y frijoles coronados con un puño de chiles en escabeche; así eran y son los tacos de «Joaquinita».
El desfile era multicultural » ; así se podía ver degustar lo mismo al político que al bolero ,a la maestra o a la secretaria bancaria,al chófer o al voceador; siempre atendiendo con esa sonrisa contagiosa » de que va a hacer joven».
Llegó al pasaje décadas atrás, no se tiene registro de cual fue su sitio donde inicio,pero los muchos que han transitado por el sitio emblemático la ubican en la entrada de una pequeña boleria atendida por el famoso Germán, mejor conocido como el gordo.
Su enorme canasto era cargado por dos fortachones; nunca se supo cuántos tacos vendía entre la mañana y pasadas las tres, pero lo que si era seguro fue la gran cantidad de personas que ya esperaban con gusto los «famosos tacos del pasaje».
Fue amiga de presidentes municipales y alguno que otro gobernador, de diputados que hacían festín a esos manjares populares y de muchos ,pero muchísimos parroquianos.
«Joaquina» dejó un legado con su sazón,los tacos del pasaje seguirán su popularidad y una placa en lo alto de su puesto servirá de referencia para recordarla.
